Tuesday, October 18, 2005

El manifiesto licantrópico

Escribo para vosotros, los lobos, los que no me visitaís en el despacho. A vosotras, las ratas que seguís en la alcantarilla mientras visito el supermercado, liberadas de todo compromiso filosófico o moral. A vosotros mis primos, los monos que os hurgaís las narices con descaro luciendo vuestros genitales coloreados, ¿de deseo?, ¿es deseo vuestra compulsión a la rutina?. Yo, el hombre obedezco las leyes del amor y por eso me pierdo en inmensidades y en los abismos, aunque sé que el deseo es un motor que se lubrifica con testosterona y otros aceites esenciales; los humanos, como sabeís lo consensuamos todo.
Incapaces de aspirar al paraíso o peor, para imaginarlo, nosotros hemos recurrido a la moral. Pero todo es ineficaz, un artefacto; sucumbimos y somos perdonados de tanto amor a Dios que es mi autorretrato -ya sabes- y a un sistema general de convicciones parecido a vuestra simiesca existencia. Esperamos de un futuro mejor el postrer juicio, otra arbitrariedad sobre la que colgar nuestra desesperanza; orden en el sinsentido, esa es la tarea. Toda bondad es incompatible con la vida y ya huelo a cadáver de tanta beatitud; mi condena es vuestro goce y la de los gusanos. Todo es fraudulento y ocasional, leve y pasajero hasta la muerte de la que muero, una agonía lenta, una emboscada para esclavos inconcretos y de seres insulsos, apocalípticos, imaginados por los santos o los bribones, invento de canallas y tísicos.
Me declaro incapaz de vivir entre vosotros -eternos herejes colgados de las ramas -; genealogía de estirpes que llaman homínidos; capaces de soñar a condición de la fatalidad, de zozobrar en océanos de certidumbres o de sentidos impuestos a dentelladas por los profetas de Atapuerca.
Prefiero la duda, la deuda, la confusión, la agonía de un vivir carente de todo sentido que me anule, que me disperse, que me absorba. Despreocupado de mi época, y de todas las falacias que tuve que aprender antes de incendiar con versos las verdades generales, - imposición de matemáticos, filósofos, demiurgos castrados-, sólo me quedo de mi época con el contorno, donde dibujé azarosamente un perfil dividido entre la vergüenza y el orgullo:
entre la pereza y la ignorancia
entre la desidia y el desinterés
entre la barbarie y la neurosis

cualquier cosa antes que hombre.


A vosotros lobos, ratas, monos, las clases emergentes. Visitadme en la cloaca, traedme tabaco y libros. Una guía metafísica para el porvenir, un tratado de la risa, un volumen contra el dolor. Una enciclopedia de la disolución, un compendio de la necedad o de sus metáforas. Hacedme llegar una disciplina contra la certeza. Traed luz, la luz y ocultadme de esa gente. Defended mi territorio, devorad a mis enemigos. Repartíos a cambio mis escasos bienes, cualquier cosa antes que este vacío dulce que los necios
urdieran, inexacto y breve. Solo, sin víveres, sin cobijo ni sombra. Todo a cambio de un gramo de vuestra lucidez.
Quedo indiferentemente vuestro.

1 comment:

Paula Traver said...

Enhorabone pel blog! Sembla més interessant que els altres intents que has fet...